Thursday, October 19, 2006

90 – Los conejos

Cuando escucharon el gran estruendo viniendo del exterior salieron corriendo a ver que pasaba. No alcanzaron a ver nada pues una mancha oscura se les vino encima y algo pesado los aplastó. Los saqueadores se comieron todo lo que pudieron y destruyeron el resto, pero a ellos les perdonaron la vida. Cuando acabaron, uno, que parecía el jefe, guió al ejército a la siguiente casa, que aparentaba estar más preparada, pero que también se rindió en breves minutos ante el poder conejuno. En poco tiempo habían caído muchísimas casas, pero el movimiento se disolvió, creo, por envidias y disputas internas.

Wednesday, October 04, 2006

64 – Duele

Lo que más me duele es que nunca, nunca será mía, y eso duele hasta el alma. Me gustaría vengarme de ella, más que por no quererme, por todos los ‘sí’ que ilusionaban y después cambiaban a un ‘no’. Me gustaría apretarla brutalmente contra mi cuerpo, besarla hasta que sienta dolor y todo sin palabra alguna de por medio. Para qué hablar si ya no queda nada que decir.

61 – Asesinato

Asustado al verlo, tropiezo debido a los nervios y él aprovecha aquel único mísero segundo de vulnerabilidad para saltar como un felino sobre mí y clavarme el metal justo en el corazón. Un ataque sorpresivo, rápido, certero, elegante; admirable, si otro fuese la víctima... Doy vueltas y vueltas en la silla mirando hacia ninguna parte, hasta que soy reprendido por la distracción, sin que ellos sepan que en algún lugar, caído en tierra, también doy vueltas sobre mi pesado cuerpo, regando de sangre el suelo, tratando de gritar y sin poder hacerlo. Es su recuerdo que me vuelve a asesinar.